LA ENTRADA JESUS DEL GRAN
PODER PARTE DE LA COSMOVISION
La
danza morenada es una danza de la zona altiplánica donde los bailarines se disfrazan
como negros con rasgos exagerados, es una de las danzas más apreciadas que está
identificado con la personalidad cultural de los que vivimos con lo
auténticamente nuestro, como una reivindicación de un invalorable ancestro, y
que es lo que nos identifica tal elevadamente ante los demás característicos
del complejo nacional, porque refleja fielmente el espíritu del pueblo. Sin
embargo, para demostrar que es una expresión auténticamente propia de nuestro
folklore, podemos acudir a su génesis histórica.
Los
esclavos negros capturados en África por los traficantes españoles, procedentes
en su mayor parte de Angola y embarcados en el puerto de Luanda, donde los
Jesuitas para su largo y trágico viaje, trataban de enseñarles la religión
católica en un lenguaje que no entendían, eran bautizados en masa asignándoles
nombres también católicos, fueron utilizados más en menesteres domésticos y en
pequeñas manualidades. No resultaron aptos ni en Potosí ni en Oruro para las
minas, porque morían prestamente, y era preferentemente utilizar a los indios
nativos obligados al trabajo de la “Mita”.
Habiendo
quedado residuos de escaso volumen en los Yungas de La Paz y donde se han
dignificado con su libertad, trabajo y su incuestionable inteligencia, su
condición servil les permitía conocer costumbres, modos y sentimientos para
adquirir un “status” menos inferior que el de los nativos.
En
los festejos espectaculares de mojigangas de carácter religioso, se presentaban
danzas inventadas, que recuperaban los trajes de la época de Felipe III. En la
coreografía nunca faltaba la matraca, un instrumento venido de África, que se
tocaba en los actos litúrgicos de semana Santa.
La
danza de los Morenos nació justamente en cofradías de negros, evoca los días de
la colonia. Más tarde, los mestizos del altiplano la adaptaron y, para mantener
su esencia africana, incorporaron máscaras decoradas con rostros negros. Danza
cuyo origen se remonta a la época colonial y se inspira en la trata de
esclavos, a partir del traslado de negros traídos por los conquistadores
españoles para que trabajen como laboreros en las minas de plata.
Se
muestran desde inicio que la religión católica y la religiosidad establecen la
práctica y cumplimiento a lo que ellos mandan, la religión y el folclore se
expresan con la demostración y representación de las danzas que se practican en
función al culto a Dios y es a través de su hijo Jesús del Gran Poder que se
pide su protección.
Según
la revista (Qamasa, 30 de mayo 2015),
los sabios andinos tienen una cosmovisión que consideraba “naturaleza
y al hombre como un todo permanentemente relacionado” estas relaciones se
expresaban en sus mitos, usos y costumbres, una gran parte han sido adoptado
por los mestizos, así como los
aymaras se han a culturizado la costumbre de los colonos, aceptando la cruz que
portaban los misioneros y los santos de la iglesia católica. El folklore
nacional sus tradiciones y sus costumbres permitieron integrar lo rural con lo
urbano a través de la música la danza creencias y conocimientos populares.
“La Entrada
del Señor Jesús del Gran Poder, nos permite a partir de la realidad hacer
historia” (Dr. Pablo Aranda Manrique), la demostración de la diversidad de danzas
folclóricas, ejecutadas por los fraternos que prometen bailar durante tres años
en agradecimiento al Jesús del Gran Poder, por los favores recibidos además de
poner en práctica actos rituales a la cultura andina a través de la challa,
kowa, alcohol puro y otros.
BIBLIOGRAFÍA
Revista, Qamasa, 30 de mayo
2015
Aranda P. 2014 La
Entra del Gran Poder, http://cepbo.blogspot.com
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