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viernes, 4 de noviembre de 2016

DESCOLONIZACIÓN Y EDUCACIÓN SUPERIOR



DESCOLONIZACIÓN Y EDUCACIÓN SUPERIOR

Es importante tener en cuenta que los bachilleres que ingresan a la Educación Superior, llegan con una trayectoria promedio de doce años y más, bajo un sistema educativo colonial excluyente, habiendo sido educados para la marginación y explotación del ser humano, un aspecto que se debe reestructurar en los procesos de formación superior. La brecha aumenta cuando son profesionales, más aún con los docentes en ejercicio, pues éstos además de haber sido formados en la razón colonial, continúan formando a la nueva generación bajo esa misma razón, pues tienen estructuras ya estructuradas que no se modifican con actividades aisladas, cada docente, al tener su especialidad, ha ido construyéndose como propietario de su asignatura, materia o unidades durante las diferentes gestiones. Con ello, también se vuelve portador de la división tradicional. Superar estos males implica asumir el proceso de formación superior. 

Se trata, entonces de transformación de la educación superior en maestras/os creadores de conocimientos, saberes, pensamientos, teorías pedagógico-educativas en proceso dialógico de lo local conocimientos de los PIOCs con los conocimientos científicos-universales, provenientes de las otras culturas.

Las Escuelas Superiores Formadoras de Maestros, son espacios donde se crea práctica – teoría – reflexión y producción de conocimiento pedagógico, teoría y ciencia que irradia a todo el contexto, desde una visión biocosmocéntrica de la ciencia educativa.

Bolivia se encuentra en un proceso de descolonización enmarcado en la Ley de Educación “Avelino Siñani-Elizardo Pérez”, que en la estructura del Sistema Educativo Plurinacional, se encuentran tres subsistemas, el Subsistema de Educación Regular, Subsistema de Educación Alternativa y Especial y Subsistema de Educación Superior de Formación Profesional. El último, pertenece a la Formación de Maestros se asienta en la educación en la vida y para la vida, mediante la integración de la práctica educativa de los maestros en formación con los contextos socioculturales que constituyen en la construcción de una acción culturalmente integrada, en principios éticos de unidad, reciprocidad y equilibrio.

El “Plan Nacional de Desarrollo” es una respuesta gubernamental a falta de equidad social en el país y se constituye en un instrumento, para la defensa de los derechos y el bienestar de los sectores subalternos de la sociedad, promoviendo la igualdad con dignidad.

El Plan Nacional incorpora el paradigma de la descolonización entendida como una mirada al mundo, esa mirada  permite pensar la economía, la política, la cultura, la educación y la salud desde las sabidurías ancestrales de los pueblos originarios del país. Para este propósito, se pretende enseñar en las Escuelas Superiores de Formación de maestros, la articulación de los saberes locales y los conocimientos científicos universales.

El valor e importancia del profesor como capital humano y social indispensable para el desarrollo del país, permite integrar en la práctica docente, un planteamiento intercultural. Este planteamiento intercultural se visualiza en actitudes y destrezas críticas que permiten afirmar la diversidad cultural como un valor que debe resguardarse y promoverse. En el caso de la actual formación de maestros en Bolivia con la nueva ley educativa, ésta se sustenta en una plataforma reivindicativa, que se traduce en una educación descolonizadora, liberadora, revolucionaria y transformadora que incorpora en el currículo los conocimientos y valores de los pueblos indígena originario campesinos al mismo nivel e importancia que los conocimientos de la cultura occidental. El currículo como sistema de conocimientos, afirma y fortalece lo propio y genera procesos de construcción e identidad cultural en el campo investigativo vinculado a la región y a la comunidad y el encuentro académico implique enriquecimiento mutuo. En todo caso, la interculturalidad es una actitud de apertura.

BIBLIOGRAFIA

Ley 070/2010, Avelino Siñani-Elizardo Pérez.

Plan Nacional de Desarrollo, Agenda Patriotica 2025.

COSMOVISIÓN DE LAS TIERRAS BAJAS



COSMOVISIÓN DE LAS TIERRAS BAJAS

Los grupos culturales de todo el mundo, han desarrollado una cosmovisión; no existe una cultura que no posee la manera de ver e interpretar el mundo a través de la interacción, del ser humano y el medio natural, construyéndose de los saberes y conocimientos propios de una cultura.

“En los pueblos nativos de América el desarrollo de su cosmovisión estuvo vinculado con la naturaleza que lo era todo, incluyéndose en ella a los seres humano y a las deidades” (Cosmovisiones y filosofía, Ministerio de Educación), entonces se afirma que las culturas existentes en el mundo tenían conocimientos sobre el cuidado de la naturaleza, basado en el respeto. En la cosmovisión de los pueblos indígena originarios tenían conocimientos y sabiduría del universo sobre el uso y manejo del espacio el tiempo y la naturaleza.

Los pueblos originarios de las tierras bajas, como afrobolivianos, araona, ayoreo, baure, canichana, cavineño, cayubaba, chacobo, chimane o tsimani, chiquitano, ese ejja huarayos o chamas, warasuqwe, guarayo, itonama, joaquiniano, leco o lapa lapa, machineri, reyesano o maropa, more, moseten, movima, moxeño, nahua, pacawara o pacahuara, siriono, tacana, toromona, yaminahua, yuki, yurakare, en su mayoría tenían creencias muy semejantes de una cultura a la otra, ellos creían en los cerros, ríos, lagunas, flora, fauna, en el sol, espíritu de los muertos, en el fuego, el aire y otros, que antes de dar inicio con las actividades de trabajo desarrollaban oraciones  dando gracias y encomendaciones a la pachamama, mediante una ofrenda, para que los cultivos den buenos frutos para la familia y la comunidad.

Las tierras donde está constituido por los recursos naturales, flora, fauna, ríos, lago y todo lo que habían, para ellos tenían un significado, eran considerados como seres que tienen vida, por lo tanto la tierra es sagrada y divina, además estas tierras eran de uso comunitario de toda la comunidad.

Entre las culturas indígenas de las Tierras Bajas, los ancianos tenían gran prestigio  por su experiencia; se los consultaba y sus indicaciones eran obedecidas por todos. En ciertas ocasiones, mientras los padres salían a trabajar, ya sea a recolectar la miel, cazar, pescar o cultivar, el abuelo se quedaba con los niños y además de jugar con ellos les contaba cuentos, mitos sobre el origen del mundo, sobre las aventuras de los animales y sus dueños protectores o espíritus grandes, de esta manera transmitía los valores para vivir en comunidad y armonía entre todos los seres humanos y con la naturaleza.

Otro nivel de educación se hallaba entre los padres y la comunidad. Estos educaban a las nuevas generaciones de niños y jóvenes siempre con el ejemplo y la palabra, nunca con el castigo. Tanto así, que los jesuitas que se disponían a evangelizarlos a fines del siglo XVII al observarlos se sorprendieron, y pensaron que no había educación entre estos indígenas porque los niños podían hacer lo que querían y nunca escuchaban reproche.

Ser trabajador y responsable con la familia y la comunidad eran valores de mucha importancia con las que eran educados los niños y jóvenes. Esto también se traducía en una norma, sólo el que era buen cazador podía tener una esposa y una familia. El joven enamorado debía demostrar a su pretendida y a la familia de aquella, que es capaz de sostener una familia propia y hacerla feliz. Para esto debía cazar y colocar las mejores presas de los animales que había cazado en la puerta de la cabaña de su pretendida, así demostraba que era un buen cazador que podría proporcionar carne a su futura familia.

También el valor de la honradez se visibilizaba claramente en la conducta de los indígenas. El respeto por los objetos de propiedad ajena era impresionante. Lo era a tal grado, que si alguien perdía en el monte su arco y flechas, no era levantado por otra persona si ésta lo hallaba.

Se educaba para que las personas vivan en armonía con la naturaleza, lo que significa que sabían que lo que la naturaleza les daba en todas sus formas permitía que reprodujeran sus vidas, por lo tanto cada persona también tenía que ser recíproco con la naturaleza. Como sabían que sus propias vidas no les pertenecían del todo, debían dar directa o indirectamente a la naturaleza.

El cazador, por ejemplo, era recíproco con la naturaleza respetando a los animales y las plantas de las cuales sólo tomaba lo suficiente para sobrevivir. 

A esta forma de vida de la comunidad o comunitaria donde lo que se recibía de la otra persona como valores fundamentales eran la armonía, la honradez, la honestidad y el don a dar, y se lo hacía a través de la palabra y el ejemplo.

BIBLIOGRAFÍA
Cosmovisiones y filosofía, MINISTERIO DE EDUCACIÓN